La botella de vino más utilizada tiene una capacidad de 750 ml. Algunas teorías dicen que ya los romanos establecieron esta unidad como la ración diaria para el consumo de los soldados. Cuando se introdujo el vidrio se conservó esta medida, ya que los artesanos podían fabricar este recipiente soplando una sola vez, algo que no era posible cuando la botella era más grande.